Aragó (1893), en su obra “Tratado de ganado lanar y cabrio” , describe en su obra únicamente dos razas caprinas españolas, la raza murciana y la raza granadina. Y las describe como de aptitud láctea, de constituciones finas y delicadas y con rendimientos lecheros de entre 3 y 4 litros en 24 horas. Aparicio (1947), habla que la raza granadina es una de las razas más antiguas de la Península Ibérica y su tronco étnico de pertenencia es la capra aegagrus, cuya forma secundaria es la cabra pirenáica.
La cabra granadina es una de las cuatro poblaciones de animales domésticos definidas en primer lugar en la literatura del siglo XV junto con el caballo español, el cerdo ibérico y el ovino merino (Rodero et al, 1992).
En 1934 un año después de la aparición del libro genealógico, la asociación general de ganaderos y junta provincial de ganaderos de Murcia publican el libro denominado “La cabra Murciana y su libro genealógico”. Dicho libro, escrito por el ingeniero agrónomo José López Palazón, describe la raza Murciana, evidenciando sus diferencias con la Granadina.
Las últimas referencias legales que se tienen de las dos razas originarias, datan del Decreto 2394/1960, de 15 de diciembre, del Ministerio de Agricultura y por el que se aprueba el Reglamento de Libros Genealógicos y Comprobación de Rendimientos del Ganado, donde en su título IV art. 96 indica que el Libro Genealógico y Comprobación del Rendimiento Lácteo en la Especie Caprina afectará a las razas: murciana, granadina y malagueña.
La primera vez que se menciona en textos legales a la Raza Murciano-Granadina es en la Resolución de 28 de marzo de 1979, de la Dirección General de la Producción Agraria por la que se aprueba el Esquema de Valoración Genético-Funcional de Machos Reproductores de la Raza Murciano-Granadina, siendo Subdirector General D. José Luis García Ferrero. El Ministerio de Agricultura, unió por decreto, los destinos de las entonces razas Granadina y Murciana, dos entes raciales perfectamente definidos en aquellos tiempos.
Con el transcurso de los años de gestión conjunta de ambas razas, y tras los avatares que han afectado en los últimos 40 años al caprino español (transición a la democracia, federalización del estado, adhesión a la Unión Europea, globalización, etc.), la situación actual de la raza se concreta según A.M. Martínez et al 2.010, en la existencia de animales que responden a los dos morfotipos originales y un tercer morfotipo Murciano-Granadino resultante del cruce entre las variedades originales que se encuentra en gran expansión y reconocimiento. Según los datos del Libro Genealógico, el morfotipo murciano se encuentra ampliamente extendido y consolidado, mientras que el granadino se encuentra en franca regresión y su número no llega a los 6.000 ejemplares.